Cómo combinar colores en el diseño de interiores

4A la hora de elegir colores para un determinado proyecto de interiorismo, influye un numeroso conjunto de factores relacionados sobre todo con lo que queremos transmitir.

No es una tarea fácil y mucho menos si se da el caso de un espacio con varios ambientes, ya que se debe conseguir una relación de colores para cada uno de ellos, que tenga un nexo común con el total de la actuación y que todas estas combinaciones sean armónicas.

No vamos a entrar en la extensa teoría del color, pero hoy sí que comentaremos a modo de truco cómo se consigue combinar de manera acertada un interior con tres colores.

Con tres colores tendremos un color principal, un color secundario y un color de énfasis.

¿Pero qué cantidad de cada uno y dónde aplicarlos?

Supongamos que a partir de ahora estamos hablando de una habitación de nuestra casa, por ejemplo el salón.

El color principal será el que usemos en mayor cantidad, por lo que normalmente será el color a aplicar en las paredes, suelo o techo, ya que estos elementos son los que ocupan la mayor parte del espacio.

El color secundario se aplica en menor medida y generalmente corresponde al color de los muebles, alfombras, cortinajes, etc…

El color de énfasis tendrá muy poca representación en cantidad respecto a los dos anteriores, pero será el que termine de dar el carácter a la paleta elegida. En nuestro caso éste será el color a aplicar en objetos como cojines, jarrones, lámparas, cuadros,… en general objetos decorativos pequeños y que queden repartidos por todo el espacio. Ten en cuenta también que estos objetos también suelen ser los de menor coste, por lo que bastará con cambiarlos si quieres dar un ambiente nuevo a tu salón.

Una buena proporción de inicio para combinar estos colores suele ser la ya conocida regla del 60-30-10, es decir: 60% para el color principal, 30% para el color secundario y 10% para el color de énfasis.

Algunas recomendaciones:

  •  Para el color principal conviene usar una tonalidad neutra y generalmente clara (blancos, cremas, beiges, grises)
  • en el color secundario podremos elegir un color que sea de nuestro gusto especialmente y por lo general de un tono más oscuro que el color principal.
  • El color de énfasis puede ser un color más vivo o primario y será el que termine de dar el carácter al espacio: el negro siempre significa elegancia y seriedad, el blanco nos transmitirá limpieza y será acogedor. Los colores fríos darán un toque de frescor y pureza mientras que los cálidos aportarán vivacidad y dinamismo. Los brillantes nos darán un estilo moderno y sofisticado.

Para terminar os dejamos con algunos espacios en los que se ha usado esta técnica.

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Fuente: itssingular.com