En el interiorismo, el primer paso es del de encontrar los colores adecuados, los colores que contrasten bien y que den una nueva imagen al interior de los espacios comerciales, efímeros e interiores.

Para ello se utiliza una rueda de colores o círculo cromático, el cual consiste en utilizar los tres colores primarios; rojo, azul y amarillo. Con estos tres podemos crear los secundarios, que son una mezcla de dos de los colores primarios y estos son; violeta, verde y naranja. Por otra parte la rueda de colores también dispone de seis colores terciarios, que son el resultado de la mezcla de los colores primarios y secundarios, surgiendo así colores con toques de armonía.

Los colores terciarios se dividen en dos tipos, que se agrupan en seis colores por cada tipo, y son los cálidos; comprendidos desde el amarillo hasta el rojo-violeta, y los fríos; comprendidos desde el violeta hasta el amarillo-verde.

Podemos elegir si utilizar un único color, y hacer una decoración monocromática, que consiste en usar un único color y utilizar distintas tonalidades del mismo color, por ejemplo: usar el color azul claro para las paredes y utilizar azul oscuro para los accesorios, o otra opción es la de utilizar colores que contrasten, es decir, usar el color opuesto en la rueda de colores, por ejemplo: usar el color verde y el rojo. Además podemos hacer contraste con colores neutros como son el beige, blanco o gris, que proporcionan elegancia y ayudan a suavizar colores muy fuertes.

Si queremos una decoración más agradable, podemos seleccionar colores cercanos, como pueden ser el violeta, azul y verde, que al tener cierta cercanía proporcionan armonía y se hacen agradables a la vista.

Fuente: i-decoracion.com