Una tienda de moda de Burgos, que tras casi 70 años en el mismo local, con los mismos muebles y la misma decoración, ha renovado por completo sus instalaciones. Las propietarias, dos hermanas que sobrepasan la edad de jubilación sobradamente, comentaban que a pesar de que había sido un cambio radical, de un espacio modernista, recargado, lujoso y ya una reliquia, se sentían felices por el cambio. Sus nuevos muebles, claros y sencillos, permiten que se vea realmente la calidad de lo que venden, sus mostradores bien iluminados, los probadores amplios y en general la nueva imagen de la tienda, habían atraído a público nuevo y joven. Mucha gente «ni se atrevía a entrar» si no eran ya clientes porque se sentían intimidados por el carácter de salón privado de la tienda antigua.

Claro, renovarse no es una opción, según lo veo yo. Y este ejemplo me demuestra que no hay que tener miedo a los cambios, hay que estar seguros de que lo que vendemos, el servicio que ofrecemos es de calidad, estamos convencidos de ello y lo debemos exponer de la mejor manera posible.

Igual que cuando en este mismo blog hablábamos de las posibilidades y la imagen que genera nuestro espacio de trabajo, ya sea privado o de cara al público, para el cliente directo o indirectamente, como parte de nuestra imagen corporativa, el espacio comercial ya no es «el local» donde se vende o una mera sede física, es algo más, es parte de la marca, de nuestra experiencia física con esa marca, una oportunidad única para dejar en el cliente las sensaciones y la imagen que queremos transmitirle y que transmita a los demás.
Hay un caso de locales comerciales, de negocio de toda la vida que ha sufrido una profunda y extraordinaria renovación, reinvención diría yo, y que ha conseguido un «renacer» de este sector, el de las panaderías.

Hace unos años, las panaderías de siempre, se sentían amenazadas por la competencia de los grandes almacenes, pero es un negocio que se ha ido reconvirtiendo, hacia algo más, a lugares donde consumir, donde comprar productos artesanos y cuidados que las distinguen de otros, y tan importante como esto, se han dotado de espacios nuevos, modernos, versátiles y muy atractivos.

Todas las imágenes que he incluido en este post pertenecen a panaderías, aunque son mucho más que eso. Los hábitos de consumo, de alimentación y en general nuestro ritmo de vida ha cambiado tanto que los comercios y la forma de servir los productos e incluso los propios productos han de cambiar.

Todos los locales que hoy en día triunfan, tienen en cuenta nuestros nuevos intereses, nuestra forma de consumir y el tipo de lugares donde nos gusta acudir, y el diseño de estos espacios es de suma importancia. ¿Estáis conmigo?

Siempre sin perder de vista que el diseño, tanto de los espacios comerciales como del resto de elementos (packaging, imagen corporativa, etc) no son el fin, son y han de ser siempre un medio, el mejor medio posible para optimizar los resultados y crear en el cliente buena imagen de marca y transmitirle lo que sea nuestro objetivo.

También hay locales y negocios que precisamente por saber mantener sus más originales señas de identidad y su carácter «vintage» tienen éxito, pero siempre hay algo en lo que innovan o que consiguen renovar. Si no, mirad la famosa Magnolia Bakery, que con sus cupcakes y su estilo al más puro estilo años 20, atraen a turistas del mundo entero, claro que pocas pastelerías consiguen la publicidad y el reclamo de una serie de éxito mundial («Sex and the city»).

FUENTE: http://www.womenalia.com/